Nos conocimos trabajando en distintas partes del mundo, de tanto compartir ya son parte de mi corazón. Lois y Mati son personas hermosas, disfruté mucho ser parte de su boda. Trajeron a Mari para que también pudiera estar y rompiésemos la pista como Dios manda.
En estas fotos el desafío fue estar en todos los lugares, mostrando siempre contexto que los rodea, cámara en mano todo el tiempo ayuda a captar segundos veloces, como una publicidad en la tele, el salto a la pileta, la gente del bus saludando o un guiño complice. Estos momentos no cuentan lo central de una boda, pero si algunos detalles que hacen único al día. A esto se le suma lo real, algo que me encanta de la foto es la belleza que hay en lo documental, es el sujeto inmerso y parte del entorno.
De todas las parejas he aprendido algo, de ellos me queda esfuerzo, porque enamorarse es fácil, pero romper el ego para construir algo en conjunto es arduo, es de todos los días.
Hoy ya son tres, Mateo es el nuevo integrante de la familia, y estoy seguro que el amor y el esfuerzo en ese hogar se multiplicó. Cosas buenas seguirán viniendo producto de ellos.
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Mari también vino -
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Que nunca falte